Real Madrid y FC Barcelona se daban cita este domingo en el primer clásico de la temporada. Eternos rivales frente a frente , primer y segundo clasificado peleando por el liderato de LaLiga, bajo un ámbito extraordinario en el Santiago Bernabéu. Ya en los prolegómenos del acercamiento , multitud de aficionados han recibido al autobús entre cantos , alentando al equipo para el desafío ante los culés.

No hay solamente objetivo en el fútbol que lo que marca un resultado. La victoria son tres puntos, el empate se divide en una unidad para cada aparato y la derrota no tiene ninguna consecuencia a nivel de puntuación. En ocasiones puede ser engañoso. Más que nada , cuando la sensación, en términos generales , es la de que se mereció mucho más de lo logrado. El Levante lo sintió frente al Rayo Vallecano, sufriendo un 0-3 que desestabilizó la armonía y la alegría provocada por la óptima progresión de la plantilla. Hizo falta una reacción, con la capacidad de señalar que, más allá de los tropiezos, el sendero hacia la salvación es el preciso.

Quinto partido consecutivo sin ganar para el Valencia. El Villarreal amplió la crisis del equipo de Mestalla este sábado con los goles de Gerard Moreno, que convirtió el partido desde el punto de penalti en la fiesta de sus 300 encuentros vestido de amarillo, y Santi Comesaña. Los números hablaban de la necesidad de victoria del Valencia y Villarreal. Los blanquinegros, con 2 puntos de doce posibles sumados en los últimos cuatro partidos, y los amarillos, con cuatro partidos sin ganar entre Liga y Champions, necesitaban los tres puntos. Y se los llevó el Villarreal.

Los acordes del himno solamente se escuchaban en mitad de la estruendosa pitada que salía de unas gradas decepcionadas, muy irritantes , por lo recién presenciado. Una reacción extendida comprensible dado el paupérrimo rendimiento del Athletic, si bien la bronca tuviese distintas receptores , entre ellos el árbitro, detalle este que expone hasta qué punto se incrustó en la afición el sentimiento de impotencia generado por el avance del partido. El juez poco o nada tuvo que ver en la derrota, un desenlace propiciado por los méritos del Getafe en la versión más ambiciosa que se le recuerda. La cuadrilla de José Bordalás logró que fuera imposible mencionar en clave positiva siquiera un aspecto del trabajo de los futbolistas de Ernesto Valverde.

Por undécimo partido consecutivo, Mbappé volvió a marcar y le ha vuelto a dar tres puntos al Real Madrid (0-1). Lo hizo en Getafe, ante un aparato muy ordenado que le puso las cosas realmente difíciles , pero que terminó , eso sí, desquiciado y con 2 jugadores expulsados por sendas faltas sin balón a Vinicius Jr. El brasileño no fue titular en un once, nuevamente , lleno de novedades de Xabi Alonso, que presentó un doble pivote formado por Tchouaméni y Camavinga, y apostó por Mastantuono y Rodrygo como escuderos de un Mbappé que llevó riesgo casi en cada acción. Fue de lo poco señalado de un Madrid gris, muy atascado y falto de imaginación en su juego a lo largo de parte importante del encuentro.

Un buen resumen del gris desempeño del Athletic en el Martínez Valero es que procuró un único disparo entre los tres palos y que este llegó, además , en el minuto 91, ahora en el tiempo de añadido de la segunda mitad. Alex Berenguer, un futbolista que tiene el cielo ganado por su implicación, su sacrificio y por jamás levantar la voz, fue el que trató de sobrepasar a Iñaki Peña con un remate desde dentro del área que, en honor a la verdad , tampoco inquietó en demasía al guardameta del Elche. Y de esta forma , con ese pobre bagaje ofensivo y un contrario que remató hasta en cinco oportunidades contra la meta defendida por Unai Simón, que se ganó, sin discusión alguna, la cuenta de mejor jugador del bando rojiblanco, el Athletic consiguió el máximo premio al que aspiró: el empate a cero.

Un buen resumen del gris desempeño del Athletic en el Martínez Valero es que procuró un único disparo entre los tres palos y que este llegó, además , en el minuto 91, ahora en el tiempo de añadido de la segunda mitad. Alex Berenguer, un futbolista que tiene el cielo ganado por su implicación, su sacrificio y por jamás levantar la voz, fue el que trató de sobrepasar a Iñaki Peña con un remate desde dentro del área que, en honor a la verdad , tampoco inquietó en demasía al guardameta del Elche. Y de esta forma , con ese pobre bagaje ofensivo y un contrario que remató hasta en cinco oportunidades contra la meta defendida por Unai Simón, que se ganó, sin discusión alguna, la cuenta de mejor jugador del bando rojiblanco, el Athletic consiguió el máximo premio al que aspiró: el empate a cero.

En ocasiones el fútbol es tan simple como poner a un jugador portentoso, capaz de comerse a tres defensas y, si puede ser, con un pasado como \'9\'. Ronald Araújo fue el delantero centro que el FC Barcelona necesitó para abonarse a la épica y salvar tres puntos que parecían perdidos en el hogar antes del determinante clásico de la próxima semana. Que el uruguayo jugase los últimos minutos como \'9\' fue la última decisión que tomó un Flick que terminó expulsado y no estará en el banquillo ante el Real Madrid. Jamás es buen instante para un resbalón de esos que te dejan sonrojado, empapado y dolorido. Tres adjetivos que rozó el Barça en su partido frente al Girona.

El Atlético de Madrid vuelve a pinchar en La Liga frente al Celta y pierde comba otra vez en la pelea por la Liga, yéndose al parón con ocho puntos de desventaja con en comparación con Real Madrid. Los rojiblancos, que se adelantaron muy pronto con un poco en propia de Starfelt, tuvieron que remar durante 50 minutos con uno menos tras la roja a Lenglet, pero acabaron dejándose dos puntos frente a la insistencia viguesa y el olfato de Aspas.