El Sadar se quedó pasmado con el gol postrero del Elche. Fue un castigo merecido para Osasuna, por cierto , si bien con ese rejón afilado del accidente en el tiempo de prolongación que siempre duele más. Se estaba generando la analogía de regresar a ganar en el hogar con el aparato echado atrás hasta ese horrible minuto 91 en el que se causó el fallo de Sergio Herrera en una salida desafortunada.









